Sean tus llagas benditas,
bálsamos de Dios,
que a tu Pueblo derramas,
en caricias de Amor.
Del Empíreo bajaste
en milagrosa aparición,
para arrebatar la enfermedad
con grácil reversión.
Por eso, esta ciudad,
a bien tuvo nombrarte Patrón.
Gloria cantad,
y flores derramar,
a quien a Málaga,
Salud vino a dar.
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